"Guarda tus miedos para ti mismo, pero comparte tu valentía con los demás" (R.L. Stevenson)
Hola a todos:
Hoy es el día. Hemos estado entrenando todos estos años atrás nuestro cuerpo y nuestra mente para afrontar el partido decisivo, el partido de la temporada, quizás el partido de nuestras vidas.
Es cierto. No contábamos con este rival. No estaba inscrito a principio de temporada y se nos ha colado en la final. Se llama COVID 19. Enemigo peligroso. No se le ve, es fuerte y sobre todo rápido muy rápido. Actúa con determinación sobre nuestras defensas y es incansable al desaliento.
Es también despiadado. Puede provocar estrés, ansiedad, frustración, desesperación. Nos bloquea y nos genera dudas.
Pero no importa. Hemos desarrollado habilidades a base de callo. Cada uno en nuestro puesto. La percepción de control sobre la situación es por tanto absoluta. Hemos fortalecido nuestra autoconfianza y mantenemos intacta la motivación por el reto. El reto de derrotar a nuestro rival más inesperado.
No es ficción, ni falsa autoconfianza. Tenemos recursos para ello lo que nos hace sentirnos imbatibles. Además hay equipo.
En primera línea tenemos a nuestros mejores jugadores para esta economía de guerra: el personal sanitario. Valientes como pocos, jugándose la vida por los más vulnerables con el respirador en la mano y el corazón en el pecho.
En una segunda línea nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. El ejército y la policía. Hombres y mujeres garantes del orden y la seguridad de todos. Son nuestros jugadores más experimentados, curtidos en mil batallas y siempre victoriosos a pesar de jugar con casi todo en contra.
Acompañándoles en la medular todo el personal encargado de proveernos de alimentos. Jugadores de grandes superficies, tierra o baldosa, que hacen que nuestro espíritu no decaiga ante tan descomunal envite.
Y en la retaguardia, la mayoría de nosotros. Jugadores de clase media. Ni Zidanes, ni Pavones. Actuando con responsabilidad. Confinados para sostener a los nuestros. Juntando las líneas en los momentos en los que más hay que apretar. Olvidándonos del gregario de lujo y sacando al líder que llevamos dentro. Reinventándonos en nuestra rutina diaria. Reajustando prioridades. Equiponderando esfuerzos y despojándonos poco a poco de tanta sobreinformación.
La victoria es segura. La certeza de saber que después del invierno siempre viene la primavera, que después de la tormenta siempre viene la calma, elimina el miedo que conlleva la incertidumbre. El miedo del que nos debemos guardar para compartir nuestra valentía.
No apueste contra nosotros, Sr. Covid 19. Pierde.
Un abrazo para todos y mucho ánimo!!!
Gracias por el reconocimiento a los que están o estamos en primera línea luchando contra el rival de moda. Enhorabuena por el blog.
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