martes, 30 de abril de 2019

Caso práctico fútbol: Objetivos para lateral izquierdo


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Unos "objetivos de resultado" bien planteados consolidan la motivación básica del deportista mientras que los de realización son fuente inequívoca de motivación cotidiana y de autoconfianza.



Hola,

En una de mis anteriores entradas señalaba como aspecto clave para mantener elevados los niveles de motivación el establecimiento de forma apropiada tanto de objetivos de resultado como de objetivos de realización. Veamos el siguiente ejemplo práctico:

Supongamos que un entrenador de un equipo de fútbol quiere que su lateral izquierdo suba más por la banda para crear situaciones de peligro en el área rival. Como he sugerido antes, debemos fijar en primer lugar, un objetivo de resultado que sea realista, alcanzable, concreto y mensurable.


Para ello, partiremos de datos de la temporada anterior. En dicha temporada su media de subidas por la banda era de dos por partido. En esta fase, no atenderemos a la calidad de dichas acciones (objetivos de realizacion), sólo nos centraremos en el objetivo de resultado, que será que suba cuatro veces de media por partido y que ese registro deba alcanzarse en el primer tercio de liga para consolidarse posteriormente.


Una vez fijado el objetivo de resultado (subir cuatro veces de media por partido), lo siguiente será concertar una reunión individual entre entrenador y deportista. En ella sería oportuno contar con la presencia del psicólogo deportivo. El objetivo de dicha reunión es comunicar al deportista, de una forma amable y motivadora, el nuevo reto a alcanzar, haciéndole ver los beneficios que podrían conllevar, tanto para él como para el equipo, la consecución del mismo.


Debe buscarse el consenso, que es fundamental para fortalecer el compromiso del deportista quien debe ver en el reto algo estimulante y alcanzable y no algo que le genere un estrés adicional que pueda influir negativamente en su rendimiento.


Una vez finalizada dicha reunión, es muy importante transmitir al resto del equipo el objetivo acordado con nuestro lateral. De esta forma, se hace participe a sus compañeros del reto y del beneficio que para el colectivo puede suponer su logro.


Ya en las sesiones de entrenamiento, el entrenador debe fijar los objetivos de realización necesarios para que su deportista pueda alcanzar la cifra de cuatro subidas por partido.


Para ello, deberá definir las situaciones en las que deben producirse esas subidas (situaciones antecedentes). Lo conveniente es que en una primera fase esas situaciones sean lo menos complejas posibles para que los errores sean menos probables y se vaya fortaleciendo poco a poco la autoconfianza del futbolista. Por ejemplo, subir sólo en situaciones de contraataque y siempre que exista algún compañero que pueda cubrir su posición.


En esas sesiones, además, deben provocarse intencionadamente estas situaciones con cierta frecuencia, (ensayo-repetición), y deben ser conocidas por sus compañeros. En esta fase de aprendizaje, el entrenador debe dar refuerzo positivo al futbolista cada vez que suba por la banda independientemente del resultado final de su actuación y deberá estar atento a los posibles errores que cometa su jugador para corregirlos en el momento.


Cuando esta habilidad-conducta esté consolidada, se deberán plantear en los entrenamientos situaciones estresantes similares a las que se encontrará en partidos oficiales. De esta forma, irá aprendiendo a gestionar adecuadamente el estrés o situación amenazante que supone el temor a cometer errores en competición.


Con la temporada ya avanzada, se puede ir teniendo registros sobre sus actuaciones, y con esos datos  se podrán hacer valoraciones sobre el grado de cumplimiento tanto de los objetivos de realización como de resultado. Estos datos pueden ir acompañados de vídeos donde se visualice su conducta para que el futbolista observe por ejemplo si ha subido en las situaciones antecedentes planteadas, si en determinadas ocasiones ha habido inhibición, etc.


Toda la información se compartirá con el deportista en una reunión de carácter individual. Si los objetivos han sido alcanzados, se podrán plantear otros nuevos que entrañen situaciones antecedentes algo más complejas. Por ejemplo, subir no sólo en situaciones de contraataque sino además en situaciones de juego estático cuando, por ejemplo, vea espacios sin ocupar en posiciones más avanzadas. Ahí no tendrá la oposición del rival y podrá recibir cómodamente el balón (nueva situación antecedente).


El proceso de aprendizaje de esta nueva conducta será el mismo que para el caso anterior: ensayo-repetición en entrenamientos dando refuerzo positivo y feedback al deportista y creando situaciones estresantes similares a la de competición.


Se elaborará una nueva hoja de registros que incluya datos sobre sus actuaciones en partidos oficiales. Dicha hoja deberá reflejar la conducta del deportista en las dos situaciones antecedentes planteadas hasta la fecha (contraataque y juego estático) y se compartirá nuevamente la información con el deportista. En caso de que los objetivos no hayan sido alcanzados habrá que analizar las causas para establecer las correcciones oportunas.


Con esta forma de proceder en el establecimiento de objetivos es muy probable que nuestro futbolista haya adquirido un nivel óptimo de motivación y sea capaz de mantenerlo a lo largo de la temporada.

Se ha buscado el consenso, se ha sentido partícipe en las decisiones y por tanto valorado, y además ha aprendido unas habilidades y conductas que han aumentado su autoconfianza ante el reto.


Además sus compañeros se han beneficiado de su actuación y su positiva valoración hacia él incrementa el sentido de pertenencia al grupo de nuestro lateral. Esto último es especialmente importante en el caso de deportistas jóvenes para los que adquiere especial relevancia el reconocimiento de su labor por parte de sus compañeros.


Finalmente, ante este éxito, el deportista se encuentra en una formidable predisposición para afrontar nuevos objetivos que le ayuden a seguir mejorando en su rendimiento futuro.


miércoles, 24 de abril de 2019

Objetivos y Motivación: "Todo lo que no se mide no sirve"


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No hay  mejor motivo para la acción (motivación) que tener un buen objetivo por el que pelear

Hola,

Como ya he comentado en el artículo anterior, uno de los factores más importantes que contribuyen a que nuestros deportistas adquieran unos niveles óptimos de motivación y que éstos puedan mantenerse a lo largo de toda la temporada, es el hecho de que tengan unos objetivos atractivos por los que pelear. Pero, ¿cómo han de ser estos objetivos?, ¿Cuándo se deben establecer?, ¿Quiénes deben fijarlos?.


En primer lugar hay que señalar que existen dos tipos de objetivos: objetivos de resultado (dirigidos a la consecución de un resultado determinado) y objetivos de realización (habilidades o conductas que se deben adquirir para poder lograr ese resultado). Los primeros son claves para mantener una elevada motivación básica mientras que los segundo son fundamentales para la motivación cotidiana y los niveles de autoconfianza.



Los objetivos de resultado pueden actuar como un elemento altamente motivacional si son bien planteados. Para ello deben reunir las siguientes características: deben ser atractivos para el deportista, deben ser realistas, es decir, alcanzables, concretos, no ambiguos y deben ser mensurables para que pueda existir una posterior evaluación (todo lo que no se mide no sirve).


Se deben fijar a principio de cada temporada por parte del entrenador y deben ser transmitidos al deportista de forma concisa, pulsando su opinión para que sean consensuados y haya una mayor implicación y compromiso por ambas partes.


Debe haber un calendario en el que se marquen los objetivos prioritarios a medio o largo plazo así como los objetivos intermedios que ayuden al deportista a mantener intacta su motivación a lo largo del tiempo.


Por último, debe existir una evaluación periódica para ver el grado de cumplimiento de los objetivos planteados y en su caso corregir las desviacones existentes.





Los objetivos de realización deben ser utilizados como estrategia para conseguir los objetivos de resultado. Se trata de objetivos sobre habilidades y conductas que han de plantearse en cada sesión de entrenamiento explicando al deportista de forma concreta qué se pretende conseguir con el aprendizaje de dichas habilidades y conductas. 


Si el deportista logra adquirir una habilidad-conducta determinada y percibe que logra los resultados de objetivo como consecuencia del aprendizaje de dicha habilidad-conducta su nivel de autoconfianza se disparará actuando como un elemento motivador fundamental para afrontar cualquier reto. Es en ese momento cuando empieza a ser consciente de que dispone de los recursos necesarios para afrontar los retos planteados porque los ha trabajado con éxito previamente. Se trata
por tanto de ayudar al deportista a adquirir una
"autoconfianza fundamentada" y "no ficticia" que contribuya a incrementar la motivación por el logro de objetivos tanto a corto como a largo plazo.



Tanto en el caso de objetivos de resultado como de realización, el entrenador puede apoyarse en la figura del psicólogo deportivo quien le podrá asesorar sobre el planteamiento de los mismos, su comunicación al deportista, su seguimiento diario y su posterior evaluación. También, si procede, en las correcciones que haya que introducir ante posible desviaciones en el grado de cumplimiento. Todo ello con el objetivo primordial de adquirir y mantener el nivel de motivación óptimo del deportista a lo largo de toda la temporada. 



martes, 23 de abril de 2019

Motivación y rendimiento deportivo


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Motivación, un motivo para la acción


Hola,

Quería estrenarme en el blog reflexionando sobre una de las variables psicológicas que más inciden en el rendimiento deportivo: La motivación.


En no pocas ocasiones hemos escuchado eso de que un deportista está rindiendo por debajo de sus posibilidades porque su motivación por el reto ha disminuido, o lo que es peor, porque ésta ha desaparecido por completo. Pero, ¿qué es eso de la motivación? Aunque, a lo largo de estos últimos años se han propuesto múltiples definiciones sobre este concepto, yo particularmente me quedó con la más sencilla: Motivación, como su propio nombre indica, es tener un motivo para la acción. 


En el caso particular de la psicología deportiva me referiré a ella como el grado de interés que tiene el deportista por su actividad. En la medida que dicho interés sea elevado su motivo para la acción será más sólido y por lo tanto la posibilidad de que dicho interés se diluya en el tiempo será menor. Igualmente, en esas condiciones, el deportista se encontrará en una mejor predisposición para asumir los costes que cualquier reto conlleva en términos de esfuerzo, sacrificio y compromiso.


Los niveles de motivación de los deportistas suelen sufrir importantes variaciones a lo largo de una misma temporada. En general, puede decirse que éstos son elevados al inicio y van disminuyendo con el transcurso de la misma.


En una fase inicial, el interés y el grado de compromiso de los deportistas por alcanzar los objetivos planteados (motivación básica), suelen ser muy elevados. En esta etapa no se suelen percibir síntomas de falta de autoconfianza, ni frustraciones por la no consecución de objetivos, ni desgaste en términos físicos ni psicológicos. Es una fase de grandes expectativas presidida por elevadas dosis de ilusión ante los retos por conseguir, lo que favorece un buen clima de trabajo en los entrenamientos diarios (motivación cotidiana).


Sin embargo, a medida que transcurre la temporada, la motivación suele disminuir provocando déficits motivacionales con consecuencias negativas en el rendimiento deportivo. Esta tendencia suele estar asociada a factores que tienen que ver, sobre todo, con el incumplimiento de los retos planteados ya sean individuales o colectivos y con la percepción de que no se tienen los recursos necesarios para dominar las tareas que nos deberían facilitar la consecución de dichos objetivos. Ambas situaciones provocan una falta de autoconfianza en el deportista que incide negativamente en su interés por la actividad y por tanto en su rendimiento.


De igual forma, el agotamiento psicológico, especialmente en deportistas de élite con niveles de exigencia muy elevados, y otras alteraciones de tipo psicopatológico (ansiedad, depresión, etc.), relacionados o no con la actividad deportiva, deben ser igualmente considerados y vigilados.


Se puede decir por tanto, que la motivación del deportista es como el depósito de gasolina de un coche. A medida que el coche es utilizado, los niveles de combustible van bajando por lo que debemos reponerlos para evitar que el vehículo se pare.


Pero, ¿cómo podemos conseguir mantener un nivel de motivación óptimo en nuestros deportistas a lo largo del tiempo?. En la mayoría de los casos los entrenadores deportivos, por falta de asesoramiento, intentan motivar a sus deportistas utilizando estrategias de "fabricación casera" que a veces han dado buenos resultados pero que en otras ocasiones han supuesto el efecto contrario al que se pretendía.


Así pues, errores tales como objetivos mal planteados o planteados a destiempo, incentivos inapropiados, conflicto de intereses entre entrenador y deportista, mala o nula comunicación entre las partes o el ignorar cuestiones extradeportivas que pueden estar afectando al deportista en su rendimiento, suelen darse con excesiva frecuencia provocando déficits motivacionales.


Por el contrario, existen entrenadores que, inconscientemente, pretenden motivar mucho a sus deportistas y lo hacen de forma exagerada creando en ellos un exceso de motivación que suele derivar en  sobreesfuerzos que normalmente acaban en lesiones.


Para evitar que los errores anteriormente descritos se produzcan y logremos ser eficaces en la adquisición y mantenimiento de niveles óptimos de motivación, existen distintas técnicas de intervención psicológica. Entre ellas destacaré las que en mi humilde opinión son las más relevantes, a saber: el establecimiento de objetivos adecuados tanto de realización como de resultado, el desarrollo de técnicas de modelado (reforzamiento sistemático de las aproximaciones sucesivas a las conductas-objetivo), la firma de contratos contingentes o conductuales entre entrenador y deportista, la utilización de matrices de decisiones donde se expongan los beneficios potenciales a obtener y los costes que se deben asumir, la utilización de tablas de registros sobre resultados y conductas de una conducta determinada y por último, el establecimiento de programas de reforzamiento apropiados.


En posteriores entradas os hablaré más en profundidad de alguna de estas técnicas motivacionales y cómo se pueden aplicar en el contexto de una disciplina deportiva concreta. De momento, es muy importante entender que, al igual que ocurre con los aspectos físicos, técnicos y tácticos, la motivación debe trabajarse a lo largo de toda la temporada junto con el resto de variables psicológicas que afectan al rendimiento deportivo (autoconfianza, estrés, nivel de activación, enfoque atencional, agresividad, tolerancia a la frustración, etc.) y todo ello dentro de un programa integral de entrenamiento deportivo que debería ser consensuado entre entrenadores, preparadores físicos y psicólogos deportivos.






domingo, 21 de abril de 2019

Currículum

N

DATOS PERSONALES:

Nombre y apellidos: Javier Rodrigo Romeo
Fecha de nacimiento: 02/07/1969
Teléfono de contacto: 658 20 93 06
Correo electrónico: rodrigojavi88@gmail.com


EXPERIENCIA PROFESIONAL

 Actualidad: Profesor de Economía y de Matemáticas en el Colegio Inglés de Asturias.

Junio 2010- Julio de 2018: Director-Gerente de MOVIEDO, Concesionario Oficial Citroen en Asturias..

Octubre 2007- 2018: Entrenador de Atletismo, C.C. La Fresneda y Oviedo Atletismo

Septiembre 1999- Septiembre 2009: Director Comercial de INVASA, Concesionario oficial Seat en Oviedo.

Enero 1995-Septiembre 1999: Director de Riesgos en Hierros Cantábrico, SA, Gijón

Septiembre 1994- Enero 1995. Gestor de cartera de valores en Asturbrokers.


FORMACIÓN

Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales. Universidad de Oviedo (1988-93)

Master en Banca y Finanzas. Universidad de Reading, U.K. (1993-94)

Master en Formación del Profesorado. Ciencias de la Educación. Universidad de Oviedo (2009-10)

Monitor Nacional de Atletismo. Real Federación Española de atletismo (2010-11)

Experto en psicología deportiva (2018-2019). UNED.

Estudios primarios, secundarios y C.O.U en el Colegio San Ignacio de Oviedo.


IDIOMAS : INGLÉS. CERTIFICADO B2 CAMBRIDGE UNIVERSITY. 


Competencias comunicativas
  Buenas dotes comunicativas adquiridas durante mi experiencia como profesor de economía y matemáticas con estudiantes de bachillerato así como por mi experiencia en dirección de equipos en el ámbito de la empresa privada y en el mundo de la dirección deportiva.

Competencias de organización/ gestión
  Diez años dirigiendo la Escuela de Atletismo de La Fresneda. Entrenador del Oviedo atletismo durante dos temporadas. Seis años de experiencia dedicada a la enseñanza de la asignatura de Economía en el Colegio Inglés de Asturias. Más de 20 años de experiencia en la organización y gestión de recursos materiales y humanos en la empresa privada.

Competencias relacionadas con el empleo
  Experto en psicología del deporte. Tratamiento de variables psicológicas que influyen de manera decisiva en el rendimiento deportivo: motivación, autoconfianza, estrés, nivel de activación, enfoque atencional y agresividad. Coaching deportivo.


Competencias informáticas 

  Conocimientos de programas de Microsoft Office. Internet y Redes Sociales.


Permiso de conducir
  Disponibilidad de vehículo propio



                                             
Premios y distinciones    
                                             

                                                                                                                                                                                                                                        

Seis veces campeón de España veterano de salto de altura y cinco veces subcampeón.
Cuarto puesto en el Campeonato de Europa de atletismo en salto de altura. Madrid 2018
▪Campeón de Asturias absoluto en salto de altura en dos ediciones.
▪Atleta veterano internacional.
▪Otros méritos deportivos: Sub 3 horas en Maratón. Cuarto puesto en el Campeonato de España de 100 Kmt 2006
, Distinguido por el Ayuntamiento de Siero en cuatro ocasiones por méritos deportivos.
 ▪Premio “Fresnedino del año” (2018). El periódico de La Fresneda.

                                         Foto: Javier Rodrigo campeón de España Master. Salamanca 2018.


                                                              
               















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